Pasos básicos de tu rutina de cuidado corporal, porque eres mucho más que una cara bonita
¡Hola chicas! Hoy queremos hablaros sobre algo que va mucho más allá de lucir un maquillaje de 10 o vestir las últimas tendencias. Se trata de cuidar nuestro cuerpo, porque somos mucho más que una cara bonita. Sabemos que a veces puede resultar abrumador con tantos productos y rutinas diferentes, pero no os preocupéis, estamos aquí para guiaros en este camino.
En este artículo os vamos a desglosar los pasos básicos de una rutina de cuidado corporal que podéis incorporar a vuestro día a día. Desde la limpieza hasta la hidratación, pasando por la exfoliación y el masaje. Todos estos pasos son fundamentales para mantener nuestra piel sana y radiante. ¡Comencemos!
1. Limpieza
Comencemos por lo esencial: la limpieza. Eliminar las impurezas, el sudor y los restos de maquillaje que se acumulan en nuestra piel a lo largo del día es fundamental para mantenerla sana y radiante.
¿Qué productos elegir? Depende de la zona del cuerpo que vayamos a lavar. Para el rostro, un limpiador facial suave hará el trabajo. Si tu piel es delicada, busca uno sin jabón y enriquecido con ingredientes calmantes como la aloe vera o la camomila. Si tu piel es grasa o mixta, opta por un limpiador con ácidos como el salicílico o el glicólico, que ayudarán a regular la producción de sebo y a prevenir los puntos negros y los granos.
Para el resto del cuerpo, un gel limpiador corporal será suficiente. ¡No te olvides de lavarte las manos antes de empezar! De esta forma, evitarás trasladar bacterias y gérmenes a tu piel.
Y recuerda, masajear suavemente la piel mientras te limpias estimula la circulación sanguínea y favorece la absorción de los productos. ¡Tu piel se sentirá más suave y renovada!
2. Exfoliación
¡Hola chicas! Después de hablaros sobre la importancia de la limpieza en nuestra rutina de cuidado corporal, es el turno de la exfoliación. Esta es una etapa fundamental para eliminar las células muertas de la piel y dejarla más luminosa y suave.
Existen dos tipos de exfoliantes: los físicos y los químicos. Los exfoliantes físicos, también conocidos como scrubs, contienen partículas que al frotarlas sobre la piel eliminan las células muertas. Los exfoliantes químicos, por otro lado, contienen ácidos que disuelven las células muertas y estimulan la renovación celular. ¡Tú eliges el que mejor se adapte a tus necesidades!
Si tienes la piel sensible, opta por un exfoliante suave y realiza la exfoliación una vez a la semana. Si tu piel es más resistente, puedes usar un exfoliante más intenso y realizar la exfoliación dos o tres veces a la semana. Pero ¡ojo! No te pases, porque una exfoliación excesiva puede dañar la piel y provocar irritación.
Y después de la exfoliación, no te olvides de hidratar tu epidermis para reponer los lípidos perdidos y mantenerla suave y elástica. ¡Verás cómo notas la diferencia!
Además, la exfoliación también ayuda a prevenir la aparición de granos y puntos negros, ya que elimina los poros obstruidos y permite que los productos penetren mejor en la piel. Así que, ¡no lo dudes más y añade la exfoliación a tu rutina de cuidado corporal!
3. Hidratación
Tras la limpieza y la exfoliación, llega el momento de nutrir nuestra piel. La hidratación es un paso imprescindible en nuestra rutina de cuidado corporal, ya que mantiene la piel suave, tersa y protegida de las agresiones externas.
Para nutrir la piel, lo mejor es utilizar una crema hidratante corporal acorde a nuestro tipo de piel. Si tienes la piel seca, busca una crema rica en ingredientes hidratantes como la glicerina, el ácido hialurónico o la manteca de karité. Estos ingredientes ayudan a retener la humedad en la piel y a prevenir la deshidratación. Si tu piel es grasa o mixta, opta por una crema más ligera y no comedogénica, que no obstruya los poros. Algunos ejemplos de ingredientes hidratantes para pieles grasas o mixtas son el aloe vera o el extracto de hamamelis.
Recuerda aplicar la crema hidratante después de la ducha o el baño, cuando la piel está más receptiva a los productos. Para maximizar sus beneficios, masajea suavemente la crema en la piel con movimientos circulares. Y no te olvides de beber suficiente agua a lo largo del día para mantener tu cuerpo hidratado por dentro. Una piel bien nutrida es sinónimo de salud y belleza.
4. Protección solar
Después de la hidratación, es hora de pasar al paso más importante de tu rutina de cuidado corporal: la protección solar. No lo subestimes, incluso en días nublados o en invierno, los rayos UVA y UVB pueden dañar tu piel y causar manchas, arrugas y, lo que es peor, cáncer de piel.
Al elegir un protector solar, busca uno con un FPS de al menos 30 y que proteja contra ambos tipos de rayos UV. Si vas a pasar tiempo al aire libre o a hacer ejercicio, asegúrate de que sea resistente al agua y al sudor.
Para aplicar el protector solar correctamente, extiéndelo generosamente en todo el cuerpo 15-30 minutos antes de la exposición al sol. Vuelve a aplicarlo cada dos horas o inmediatamente después de nadar, sudar o secarte con una toalla.
Y recuerda, la protección solar no solo previene el cáncer de piel, sino que también retrasa el envejecimiento prematuro y las manchas solares. Además, algunos protectores solares contienen ingredientes hidratantes y antioxidantes que pueden mejorar la salud y el aspecto de tu piel. Así que, ¡cuida tu piel y luce radiante todo el año!
Consejos que dan puntos extra
¡Hola chicas! Ya hemos hablado de los pasos básicos de tu rutina de cuidado corporal, pero hay algunos consejos adicionales que pueden marcar la diferencia en tu piel.
Primer consejo: no subestimes el poder del sueño. La falta de descanso puede causar ojeras, arrugas y una apariencia apagada. Asegúrate de dormir al menos 7 horas cada noche para permitir que tu piel se regenere y se recupere. ¡Tu piel se verá más saludable y radiante!
Segundo consejo: bebe mucha agua. La hidratación interna es tan importante como la externa. Beber al menos 2 litros de agua al día ayuda a mantener tu piel hidratada, suave y elástica. Además, ¡te sentirás más energizada y saludable!
Tercer consejo: cuida tu alimentación. Una dieta rica en frutas, verduras, proteínas y grasas saludables puede mejorar la salud de tu piel desde dentro. Evita los alimentos procesados y ricos en azúcares y grasas saturadas, que pueden causar inflamación y dañar tu piel. Por ejemplo, las frutas ricas en antioxidantes como las bayas pueden ayudar a proteger tu piel del daño causado por los radicales libres.
Cuarto consejo: haz ejercicio regularmente. El ejercicio aumenta la circulación sanguínea y ayuda a eliminar toxinas de tu cuerpo, lo que puede mejorar la salud de tu piel. Además, el sudor puede actuar como un exfoliante natural, ayudando a eliminar las células muertas de la piel. ¡Y no olvides hidratarte después del ejercicio!
Quinto consejo: opta por productos naturales. Los productos químicos agresivos pueden dañar tu piel y causar irritación. En su lugar, opta por productos naturales y orgánicos que sean suaves y beneficiosos para tu piel. Por ejemplo, el aceite de coco es un hidratante natural que puede ayudar a suavizar y nutrir tu piel.
Y ahora que ya conoces todos los secretos para cuidar tu piel, ¡es hora de ponerlos en práctica!
Algunas recomendaciones de producto
¿Buscas inspiración para cuidar tu piel? Aquí tienes algunas sugerencias de productos que pueden ayudarte.
Para la limpieza, el limpiador facial suave de La Roche-Posay es perfecto para pieles sensibles. Si tu piel es grasa o mixta, el limpiador facial con ácidos de glicólico y salicílico de The Ordinary te ayudará a regular la producción de sebo y prevenir los puntos negros y los granos.
Para la exfoliación, el exfoliante corporal de café de Frank Body es una opción estupenda. Sus partículas de café molido eliminan las células muertas de la piel y dejan la piel suave y luminosa. Si prefieres un exfoliante químico, el peeling facial de ácido glicólico de The Inkey List es ideal para mejorar la textura y el tono de la piel.
Para la hidratación, la crema hidratante corporal de Nivea es una apuesta segura. Rica en ingredientes hidratantes como la glicerina y el ácido hialurónico, ayuda a retener la humedad en la piel. Si tienes la piel grasa o mixta, la crema hidratante facial de CeraVe es ligera y no comedogénica, y mantendrá tu piel hidratada sin obstruir los poros.
Y no te olvides de la protección solar. El protector solar facial de EltaMD es resistente al agua y al sudor, y protege contra los rayos UVA y UVB con un FPS de 46. ¡No hay excusas para no proteger tu piel del sol!
Más propuestas
¿Ya tienes una rutina de cuidado corporal básica? ¡Genial! Pero si quieres ir un paso más allá, hay algunos extras que pueden darle un plus a tu piel. Las mascarillas faciales son una opción genial para hidratar, exfoliar y nutrir tu piel en profundidad. Además, hay una gran variedad de mascarillas para elegir, desde las de arcilla hasta las de frutas, así que seguro que encuentras una que se adapte a tus necesidades.
Los aceites corporales también son una opción estupenda para hidratar y nutrir tu piel. Además, proporcionan beneficios adicionales como la reducción de la aparición de estrías y la mejora de la elasticidad de la piel. Hay una gran variedad de aceites para elegir, desde el aceite de coco hasta el aceite de argán, así que seguro que encuentras uno que te encante.
Los productos con ingredientes naturales, como el aloe vera o la manteca de karité, son una opción genial si tienes la piel sensible. Estos ingredientes pueden ayudar a calmar y nutrir tu piel, además de proporcionar beneficios adicionales como la reducción de la inflamación y la mejora de la textura de la piel. Además, son más suaves y menos agresivos que algunos ingredientes químicos.
Y recuerda, la hidratación interna es igual de importante que la externa. Beber suficiente agua a lo largo del día puede ayudar a mantener tu piel hidratada y saludable desde dentro. Así que no te olvides de beber al menos 2 litros de agua al día.